Un comité de gestión, compuesto por la dirección y representantes de los trabajadores, contribuye a mejorar las instalaciones para la lactancia materna en una de las principales fábricas de confección de Indonesia y, a la vez, impulsa la productividad.
En cuclillas, en un inodoro en la fábrica de confección Ungaran Sari en la provincia central de Java, Indonesia, Ririh Septianingsih saca su extractor de leche manual. El espacio no es confortable ni muy higiénico, pero ella se las arregla.
Es el año 2014, Septianingsih acaba de regresar al trabajo como operadora de máquina de cortar tela después del nacimiento de su primera hija y está determinada a alimentar a su bebé con su leche, consciente de que no sólo es lo mejor para la salud de la pequeña, sino también una opción económica para su familia.
A pesar de su resolución, la falta de estructuras en su lugar de trabajo hace difícil el amamantamiento, y ella tiene que recurrir con reluctancia a la leche artificial mucho antes de lo que hubiese querido.
“Se convirtió en un reto demasiado grande”, indicó.
Después de tres años, Septianingsih de 27 años, ha trabajado en la fábrica durante casi nueve años y dio a luz a su segundo hijo, un niño. La situación es completamente diferente.
Durante una pausa remunerada, va a la sala dedicada a la lactancia materna, cada vez que lo necesita. Las paredes de la sala están pintadas de un alegre color rosado y hay sillas confortables y folletos de colores vivos con información en el idioma local. En la esquina, un lector de CD reproduce música relajante.
Más de 95 por ciento de los 14.500 trabajadores de la fábrica son mujeres, de manera que la sala de lactancia materna es utilizada con regularidad. Cuando Septianingsih se encuentra allí, otras siete u ocho mujeres también van a extraer la leche y la conservan en el refrigerador.
“Me siento muy apoyada, no sólo por mi familia sino también por la dirección y todas las personas que me rodean en el trabajo.» Ririh Septianingsih, trabajadora del sector textil
Cerca, en el centro médico, cuatro enfermeras y dos doctores se turnan para responder a las preguntas y hacer chequeos médicos. Además, a las trabajadoras se les ofrece orientación durante el embarazo y después del nacimiento, yoga prenatal dos veces al mes y asesoramiento regular sobre la lactancia materna.
Un cambio impulsado por el diálogo Esta es una de las 1.600 fábricas que participan en Better Work, un programa de referencia dirigido por la Organización Internacional del Trabajo y la Corporación Financiera Internacional que apunta a mejorar las condiciones de trabajo y la competitividad en la industria de la confección.
Ungaran Sari es una de las fábricas de mayor rendimiento de Better Work Indonesia. Esto significa que ha demostrado niveles altos de cumplimiento con las normas nacionales e internacionales del trabajo, cuenta con sistemas de gestión eficaces en el lugar de trabajo y un compromiso firme con la formación del personal, así como un diálogo avanzado entre la dirección y los trabajadores.
Timbul Juriyah, supervisora de almacén y Jefa del Programa de educación sobre lactancia entre pares, explicó: “Fue uno de los miembros de mi equipo quien me inspiró a promover un programa de amamantamiento en la fábrica. Ella me planteó el problema, así que presenté la cuestión en la reunión mensual del comité trabajadores-dirección y pedí que se tomaran medidas.”
Better Work apoya los comités de dirección de los trabajadores en las fábricas a través de visitas periódicas de asesoramiento, formación, herramientas para intercambiar información y enfoques sólidos y acreditados.
“Cuando los trabajadores sienten que son tomados en cuenta, notamos que trabajan con más entusiasmo.» Nur Arifin, Jefe del Departamento de Recursos Humanos de la fábrica.
Su investigación y experiencia en el terreno han demostrado claramente que las elecciones libres y equitativas de los representantes del comité, un clima de respeto mutuo y el uso de mecanismos de consulta, benefician a los trabajadores y a las empresas por igual.
“Cuando los trabajadores sienten que son tomados en cuenta, notamos que trabajan con más entusiasmo”, señaló Nur Arifin, quien dirige el Departamento de Recursos Humanos de la fábrica. “Ponen su corazón en su trabajo y se comprometen plenamente con la empresa. Con trabajadores más leales y dedicados, la productividad de la empresa aumenta automáticamente. Si revisamos la historia de nuestra empresa, podemos constatar con claridad que: cuando comenzamos en 1975, teníamos 200 empleados, en la actualidad tenemos alrededor de 14.500.”
Better Work es un programa insignia de la Organización Internacional del Trabajo, una agencia de las Naciones Unidas, dirigido conjuntamente con la Corporación Financiera Internacional, un miembro del Grupo del Banco Mundial. Better Group reúne a los gobiernos, los empleadores, los trabajadores y las marcas internacionales a fin de mejorar las condiciones de trabajo y la competitividad de la industria textil a nivel mundial.
Fuente: OIT Noticias.