La solidaridad es clave para nuestra supervivencia y prosperidad comunes
En una declaración emitida con motivo del Primero de Mayo, el Director General de la OIT, Guy Ryder, exhorta a los trabajadores, empleadores, gobiernos, organizaciones internacionales y a todos aquellos que están comprometidos con la construcción de un mundo mejor, a unir fuerzas para lograr un mundo de trabajo con justicia y dignidad para todos.
Este año celebramos de nuevo el primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, bajo el espectro de la pandemia de COVID-19. La pandemia ha tenido efectos devastadores en el mundo del trabajo, destruyendo empleos, empresas y medios de subsistencia, sumiendo a millones de personas en la pobreza, y provocando un retroceso en el desarrollo mundial. Como la mayoría de las crisis, ha golpeado mayormente a los más débiles y vulnerables, haciendo que un mundo desigual sea aún más desigual.
La pandemia y sus consecuencias son un recordatorio contundente de la interdependencia que existe a escala mundial. Esto se aplica tanto a la salud como a nuestra vida profesional.
Nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo. Nadie puede permitirse ser indiferente ante la situación de los demás frente a la fragilidad del mundo interdependiente que hemos creado. La solidaridad es clave para nuestra supervivencia y prosperidad común, dentro y fuera de las fronteras de cada país. Por lo tanto, mientras afrontamos la crisis actual y miramos al futuro, una cosa está clara: Necesitamos una recuperación centrada en las personas, con justicia y equidad: Una recuperación sostenible e inclusiva para todos.
Lograr una mejor reconstrucción conlleva adoptar decisiones políticas deliberadas y coherentes que permitan:
- generar empleo y garantizar condiciones de trabajo dignas para todos;
- extender la protección social;
- proteger los derechos de los trabajadores; y
- hacer uso del diálogo social.
En este Día del Trabajo recordamos las luchas históricas que obtuvieron conquistas duramente ganadas. Hoy nuevamente muchas personas en el mundo del trabajo están realizando sacrificios extraordinarios para vencer a la COVID-19. Las felicitamos al mismo tiempo que lloramos por todos aquellos que han perdido la vida.
Pero nunca debemos sacrificar nuestros valores de justicia social, nuestros derechos fundamentales en el trabajo, ni nuestra determinación de forjar un futuro mejor: un futuro mejor que es lo que ha dado sentido y motivación a todos aquellos que han celebrado el Día del Trabajo en el mundo por tantos años.
De muchas maneras, la pandemia ha ensombrecido nuestras vidas y ha dificultado esta tarea. Pero, por otro lado, ha traído consigo nuevas oportunidades que podemos y debemos aprovechar. El desenvolvimiento de la crisis nos ofrece un espacio para reflexionar, hacer nuevas elecciones y adoptar nuevos compromisos en aras de las personas, del planeta y de la prosperidad.
En este Día Internacional del Trabajo, la OIT hace un llamamiento a los trabajadores, los empleadores, los gobiernos y las organizaciones internacionales, así como a todos aquellos que están comprometidos en lograr una mejor reconstrucción, para que aúnen sus fuerzas a fin de obtener un mundo del trabajo con justicia y dignidad para todos.