Por Jorge Olave Molano, ingeniero, especialista en seguridad y salud en el trabajo, auditor HSEQ (ISO 9001/14001/45001), auditor seguridad vial ISO 39001, auditor bioseguridad. Docente universitario. Gerente de relacionamiento institucional el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS).
Colombia ha venido asumiendo retos en materia de seguridad vial enfocados en la reducción de las muertes en la vía, tanto por causas laborales como no laborales. A esto se le suma la adopción de buenas prácticas por parte de cada uno de los actores viales enfocadas en proteger a los más vulnerables, así como la promoción de la gestión de la seguridad vial en las organizaciones a través del plan estratégico de seguridad vial, entre otros compromisos. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos adoptados, las cifras de siniestralidad vial aún son altas en comparación con otros países y dejan, anualmente, miles de fallecidos y lesionados (en ocasiones con secuelas de por vida) en todo el territorio colombiano.
Uno de los principales retos en lo relacionado con la salud pública, y de acuerdo con lo definido en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2018 – 2022, es la reducción de los siniestros en la vía o siniestros viales que, entre 2019 y 2020, dejaron 12.461 personas fallecidas (6.820 y 5.641, respectivamente) mientras que, en lo que va corrido de este año, se han reportado 5.889 decesos (con corte a octubre). Las cifras anteriores muestran un significativo aumento de las muertes — con proyección al alza para finales del 2021—.
La meta de reducción de siniestros en la vía propuesta en el PND fue del 20,8 %, trayendo consigo muchas acciones necesarias para impactar de manera positiva en cualquier factor capaz de influenciar la reducción de las víctimas de siniestros viales. Dicho compromiso queda en firme, año tras año, durante la conmemoración del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Siniestros Viales, proclamado así por la Asamblea General de las Naciones Unidas, movilizando todos los esfuerzos hacia el cumplimiento de la meta de reducción de la siniestralidad vial en las naciones de todo el planeta y cuyas actividades, a nivel país, están a cargo del Ministerio de Transporte y de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Adicionalmente, dichas entidades se encuentran en proceso de formulación del nuevo Plan Nacional de Seguridad, el cual apuesta por la adopción del sistema seguro, la institucionalidad, la gobernanza, la seguridad vial laboral y estrategias de ‘’velocidades seguras’’ como una jugada maestra en la reducción de las muertes y lesionados en las vías.
Gráfica 1. Histórico de fallecidos en siniestros viales en Colombia
Fuente: Observatorio Nacional de Seguridad Vial (s.f.)
De otro lado, vale la pena analizar el contexto de las víctimas de los siniestros viales en Colombia, pues, actualmente, las acciones de entidades como la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el Ministerio de Transporte y el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), en lo que respecta a seguridad vial, están orientadas a promover la seguridad vial laboral y la seguridad vial no laboral, a la protección de los actores viales vulnerables, siendo los usuarios de motocicletas las víctimas más afectadas puesto que representan un 59,.5 % del total de fallecidos para el periodo enero – septiembre del 2021 (Boletín estadístico Colombia, Agencia Nacional de Seguridad Vial).
Les siguen los peatones con un 21,6 %, los usuarios de vehículo independiente con el 11,24 % y los usuarios en bicicletas con un 6,6 %, siendo estos últimos los actores viales más vulnerables desde la perspectiva del nivel de exposición al riesgo (falta de barreras que lo separen efectivamente de la fuente del peligro como, por ejemplo, otros vehículos), por las consecuencias derivadas
(politraumas, traumas craneoencefálicos y rupturas del sistema óseo) y por el aumento de estos mecanismos de movilidad dentro de las ciudades colombianas (asociado a la facilidad de acceso a licencias o requisitos para comprar el vehículo, falta de educación vial, facilidad en el desarrollo del rol vial, entre otros).
Ahora bien, al analizar estos tres actores viales desde la óptica de la gestión del riesgo, todos comparten características similares:
Facilidad en procesos de compra, consecución y operación del vehículo o facilidad de adoptar el rol vial. Esta característica no aplica para el peatón, ero sí para el biciusuario y para el motociclista. Está fundamentado en la habilidad de conducir una motocicleta o bicicleta y los bajos costos de compra y operación que tienen estos vehículos en Colombia. La simplicidad en los trámites para conducción en las rutas; la promoción del uso de la bicicleta como vehículo ecológico, el desarrollo de rutas especiales
para los biciusuarios y los peatones, entre otros atributos que hacen de estos, los roles viales más adoptados por parte de los ciudadanos, y por ende, los que presentan exposición en las vías.
Exposición directa a los diferentes riesgos viales, fundamentado en las nulas barreras de protección como puertas, latas, o demás que hacen parte de los controles para la protección directa ante eventos como colisión, volcamiento o impactos contra otros vehículos o condiciones de la vía.
Toma de decisiones fundamentadas en la baja percepción del riesgo. Por ejemplo, no ocupar el carril correspondiente, transitar ‘’zigzagueando’’ en la vía, adelantar cuando otros vehículos van a tomar el giro, no utilizar elementos de protección mínimos como cascos, rodilleras o guantes, hacer caso omiso a la obligatoriedad del uso de elementos reflectivos, no esperar el semáforo en rojo para cruzar o hacerlo por lugares diferentes a las cebras, y otros puntos permitidos.
Muchas estrategias se han venido incorporando para hacer frente a esta problemática. Entre estas, se busca resaltar y crear conciencia de la responsabilidad que cada actor vial tiene de tomar las decisiones correctas en el momento preciso, un propósito que se logra a través de la cultura de seguridad vial y de los esfuerzos para que en cada entorno se generen comportamientos seguros cuando ocupemos cualquier rol en la vía, ya sea como conductores, pasajeros o peatones.
De hecho, la Agencia Nacional de Seguridad Vial, a través de diferentes campañas ha venido promoviendo la toma de decisiones responsables y los comportamientos seguros manifestando que “todas estas pérdidas humanas pueden evitarse con acciones simples y sencillas: en un vehículo, una persona puede salvar su vida si lleva siempre puesto el cinturón de seguridad, así vaya en los asientos traseros. También podemos evitar siniestros viales si antes de tomar carretera revisamos el funcionamiento del vehículo, en especial los frenos y las llantas. Son acciones fáciles que nos pueden salvar la vida” (Agencia Nacional de Seguridad Vial, 2020).
A continuación, se mencionan algunas medidas importantes y sencillas que se deben incorporar al diario vivir de las personas y que servirán para evitar siniestros en las vías:
- Planear las rutas antes de iniciar el viaje. Esto permitirá conocer los diferentes riesgos existentes en la vía y establecer alternativas a tomar en caso de que se materialice un riesgo.
- Mantener en el vehículo un equipo de carretera completo y en óptimas condiciones y un plan de atención a incidentes o siniestros viales.
- Adoptar acciones de descanso como herramienta clave para la prevención de la fatiga y de los micro sueños durante la conducción.
- Realizar inspecciones preoperacionales periódicas a los vehículos, previo a iniciar el viaje, enfocándose en aspectos críticos como presencia de derrames de líquidos del vehículo, niveles de estos y del combustible, funcionamiento del sistema de iluminación, del sistema eléctrico y del sistema de frenos, entre otros. Esto permitirá tomar decisiones sobre si el vehículo se encuentra en condiciones óptimas para la conducción.
- Cumplir con los mantenimientos preventivos del vehículo de acuerdo con la programación definida por el fabricante y por otras acciones definidas por el conductor.
- Nunca exceder los límites de velocidad indicados en la ruta tomada, sin olvidar que mantener una velocidad que permita reaccionar, siempre salvará vidas en la vía.
- Respetar las señales de tránsito, sobre todo aquellas que indican el límite de velocidad, cruces e intersecciones, pasos peatonales y los semáforos.
Ahora que se aproxima la temporada de fin de año y muchas familias y ciudadanos están organizando viajes por carretera para disfrutar de sus vacaciones o visitar a sus seres queridos, estas recomendaciones cobran aún mayor relevancia. Adoptarlas para proteger la vida en la vía, marcará la diferencia y ayudará a contrarrestar esas lamentables cifras de letalidad mencionadas anteriormente. Combatir este flagelo es responsabilidad de todos.
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