Editorial Revista Protección & Seguridad No. 391 Mayo – Junio de 2020
En la protección de la vida de trabajadores, y en general de la comunidad y su entorno, siempre será fundamental ir a la fuente, a lo
que comúnmente conocemos como la base, lo que puede ser la causa primaria del origen de los riesgos.
Es por eso que en nuestro país, como parte de una gestión adecuada de las políticas públicas y a su vez, generando un marco regulatorio suficiente para cumplir con los compromisos que se nos exige como miembros de la OCDE, hemos visto una preocupación genuina en los últimos años por parte del gobierno, liderado en parte por el Ministerio del Trabajo, de encaminar hacia una gestión efectiva de los riesgos derivados del uso de sustancias químicas, que ante un uso no adecuado en alguna parte de su cadena productiva puede llegar a causar grandes accidentes industriales, impactando tanto a trabajadores como al medio ambiente y la comunidad. Es en este entorno donde el desarrollo de normativas técnicas permite que Colombia avance en dicho sentido, ubicando a nuestro país al nivel de las grandes economías mundiales, pero lo más importante, reduciendo la exposición de nuestros trabajadores.
Y es que simultáneamente como parte de ese desarrollo normativo, nuestro país ha realizado importantes avances hacia un entorno de mayor productividad. Sin lugar a dudas, los beneficios de las grandes industrias y de las comunidades frente a la implementación del Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA), nos ha puesto a la vanguardia de países que avanzan hacia economías cada vez más sólidas y productivas.
En esta edición de Protección & Seguridad queremos dejarles a través de cada uno de los artículos elaborados por nuestra red de autores expertos, el panorama integral del desarrollo económico del país a través de las sustancias químicas. Esta construcción de conocimiento, que incluye el panorama de implementación de las reglamentaciones existentes, nos permite comprender el camino enmarcado para nuestro país, aquel al que vamos a estar enfrentados en el avance de Colombia en esta importante materia. Nuestro objetivo es proporcionarles herramientas que les permita contar con operaciones cada vez más seguras, que generen beneficio para nuestra sociedad.
Y es que desde siempre ha sido una preocupación genuina y legítima para el Consejo Colombiano de Seguridad, garantizar y promover alianzas entre los diferentes actores que permitan mitigar los riesgos derivados del desarrollo de actividades industriales que por su naturaleza se pueden considerar peligrosas, pero que con una gestión efectiva genere los beneficios necesarios para la comunidad. Es por eso que hace 30 años la industria química del país consideró la importancia de desarrollar una iniciativa que permitiera contar en un mismo lugar con la información necesaria de los componentes de los productos químicos, buscando dar un adecuado manejo en caso de derrames o intoxicaciones, asesorando frente a su adecuado almacenamiento y manipulación, entre otras necesidades propias de la actividad. Así nació Cisproquim®, el Centro de Información de Seguridad sobre Productos Químicos del CCS, que apoyado de su línea nacional es el soporte técnico para la atención de intoxicaciones y emergencias químicas de todo el país.
Nuestra invitación está dirigida a abordar de manera responsable la gestión de las sustancias químicas, garantizando que los trabajadores que estén en contacto directo con estas sustancias cuenten con el derecho de trabajar en un entorno seguro y saludable, así como de estar debidamente informados, capacitados y protegidos. Podemos alcanzar este objetivo con acciones concretas y esfuerzos coordinados entre todos los interesados.
Porque al final de la jornada, como lo dijo el filósofo Víctor Hugo, “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”.